martes, 13 de abril de 2010

ELLA

- Cálmate, chico, cálmate - me dijeron aquellas serpientes amarillas.
-¿Pero tú lo has visto? - dije indignado mientras daba un golpe en el suelo.
- Sí - mientras seguían moviéndose a una velocidad increíble y en total compenetración.

Resoplé y negaba con la cabeza, furioso. Juraría matar a alguien, pero sabía que no podía dejarme llevar por la rabia ni por la ira. Ya había bastante ira y maldad. Y empecé a cantar para paliar aquella rabia que brotaba de lo más bonito y tierno que había visto por allí.

Y cantábamos, todo gira sobre el agua, el aguita cura y tranquiliza, y eso hacía.

-Cálmate, piensa en algo que te relaje... - me dijo una serpiente, lo supe por su voz.

Y pensé en ella.


Añado :
Desde Cumbia
viene aguita serpenteando,
por las quebradas,
en remolinos,
hacia nuestras vidas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario