martes, 30 de agosto de 2011

INFINITO

He de admitirlo
se me escapó
en el infinito
y lo tenía
entre las manos,
tal fue la prisa
del momento
que el segundo
se me hizo
un día
por querer plasmarlo
y se me olvidó
disfrutar
de aquello,
no fue vuestra culpa
fue la mía
y de la escritura
os quise
regalar
algo que nadie
os puede regalar,
solo vosotros
mismos,
y así he vuelto
a intentar
coger el infinito,
pero para mí
que soy
hijo de los hijos
del tiempo.

Porque a vosotros
os puedo
engañar,
lo sé de fijo
pero a mí no,
al final
piden cuentas
el alma,
la vida,
el karma
el universo
y su equilibrio,
dentro
de este
el mío propio.

A veces necesito
estallar,
es normal.

Y sé
que llegará,
llegará
mi remolino,
mi tempestad,
mi diluvio
y mi huracán
pero seguiré
por la vida
como si no.

Volveré
como nunca
se fue
el infinito.


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